miércoles, 17 de octubre de 2018

El Disco del Tiempo en Creta. Sigue el hilo de Ariadna. Heraklion

Frente al mar de Creta, del lado de la cámara el maravilloso airbnb de Angelo

¿Son acaso Dédalo e Ícaro volando en el cielo de Creta? Alas puertas del restaurante mexicano AZTECA en Heraklion

Llegué a Heraklion en la tarde del 16 de octubre de 2018. Todo comienza por el cielo y algo de olímpicos tienen los ¿paisajes? celestes que se miran desde el avión. Yo creí ver a Iris desplazándose veloz sobre sus pies de plata y, en las nubes, las "cuadrigas y pegasos" de los que habla Aurelio González Ovies en la entrada del Olimpo en el Diccionario de Mitos Clásicos.




¡Por fin! Las costas de Creta. La Resplandeciente, la Isla de mis sueños, mi Atlántida en muchos sentidos, la que resguarda el misterioso pasado que viene a rescatar lo mejor de lo humano.



Cuando escribí El Disco del Tiempo en 2003... No redes sociales, no twitter, no celulares... solo ¡solo! un internet heroico que presagiaba encuentros fundamentales... se me ocurrió que Nuria llegara a una casa de huéspedes, ¡también porque no existía airbnb! Si lo reescribiera, la alojaría sin dudarlo en el airbnb de Angelo, con vista al mar y puerta al infinito. Ahí ante el azul me enteré el 17 de octubre que Aurelio González Ovies había ganado el Premio de las Letras Asturianas, más que merecido y esperado por todos. Una alegría que el mar de Creta intensificó.


Siguiendo el hilo de Ariadna que me encontré en las calles de Heraklion, investigué cómo llegar a Knossos y a Festos. No tengo prisa, este sueño se disfruta. Tampoco para mi encuentro con el Disco en el Museo Arqueológico. Pronto ocurrirá.



La calle Minotauro y El Disco del Tiempo, decididamente, ¡riman!





Otro de mis sueños: ¡los souvenirs del disco de Festos! Agranda y míralos detrás del libro, en esa linda tienda llena de diosas minoicas con sus poses flamencas, dobles hachas, rythons en forma de toro, damas de Knossos de cintura breve y cabello ondulado... ¡Y los cretenses! Ellos y ellas, delicadas siluetas, ojos vivos, amables y dispuestos siempre a la sonrisa. Y pronto, muy pronto, lo sé, veré al rey Minos, a la princesa Ariadna y a Dédalo, el arquitecto del Laberinto.


Updates Via E-Mail

subcribe rss feedRSS

FEEDJIT Live Traffic Feed