martes, 27 de septiembre de 2011

María entre el presente y la memoria. Una entrevista desde Cuba de Jorge Luis Peña Reyes

María entre el presente y la memoria

Por Jorge Luis Peña Reyes

Quién pudiera como el río/
ser fugitivo y eterno:
Partir, llegar, pasar siempre/
y ser siempre el río fresco/.
Dulce María Loynaz

Puedo  remontarme al año 2009, punto de partida de esta relación que nació mientras rastreaba en la red la convocatoria del Premio hispanoamericano de  poesía para niños. María García Esperón, escritora mexicana, era ese nombre reiterado en las páginas del Google por merecer el lauro de este importante certamen en la edición del 2005 y también por su constante labor de promoción. Allí estuvo, accesible  desde la primera vez, y fue tanta la empatía entre esta multipremiada autora, entusiasta promotora, buena amiga de tantos y quien subscribe, que hemos fundado y soñado proyectos comunes, en una cofradía difícil de imaginar desde la distancia. Su apego a la novela histórica ha sido muy reconocido en varios países del mundo al igual que su trilogía El Disco del Tiempo, Querida AlejandríaEl Disco del cielo, este  último publicado hace unos meses por la Editorial cubana Gente Nueva, razón por la cual surge este diálogo que pretende ser un puente entre el interés de esta autora  por civilizaciones antiguas y su compromiso con el presente.

-¿María de dónde te llega la afinidad por las culturas milenarias?

-Mi afinidad por las culturas antiguas procede de mi primera infancia. A los cuatro años, en un libro ilustrado de una historia mitológica griega, me subyugó todo: el mar, las túnicas, las islas, los dioses. Eso fue decisivo, yo pedí que me enseñaran a leer en ese momento, para poder descifrar los sentidos que intuía. Y mi interés infantil más adelante, se dirigió a los vestigios de las grandes civilizaciones mesoamericanas: los aztecas, los teotihuacanos. A los nueve años yo quería ser arqueóloga y le rogaba a mi madre que me llevara al Museo de Antropología a ver las estatuas, las inscripciones, los monumentos.

-¿Necesitas la literatura como una manera de evadir tensiones del mundo contemporáneo o apelas a la periodista que eres para encarar estas realidades?

-Trabajé en un periódico durante siete años, siempre enfocada al periodismo cultural. Claro que la cultura en cualquier país está inserta en una realidad sociopolítica de la que ni es posible ni es ético evadirse. Al enfocarse a lo cultural, a su estudio, crónica, seguimiento, adquieres una percepción diferente a la que otorga la primera plana de cualquier periódico o noticiario nocturno, que están dedicados, por lo menos en México, a los políticos y a los criminales. Al seguir la cultura te das cuenta de la enorme fuerza que en su historia y en su creación posee cualquier pueblo y empiezas a encontrar esos reductos de resistencia, de energía, de futuro, de evolución hacia mejores estadios que a primera vista no aparecen. Del periodismo pasé a la creación literaria para niños y jóvenes y encontré un nicho particular: rescatar los tesoros de nuestros más promisorios orígenes para traerlos al presente y en esos vehículos portentosos que son los libros, entregarlos a los jóvenes lectores, tan promisorios como el origen del que hablo.
           
-¿Por qué los niños como destinatarios de tu obra literaria?

-Porque con los niños todo empieza, el mundo vuelve a nacer. Cuando tenemos hijos volvemos de algún modo a un mágico punto de partida, es la oportunidad de hacerlo todo de nuevo, de pensarlo todo, de hacerlo y pensarlo bien. Escribir para niños es una experiencia de origen, en ella caben la ilusión, la esperanza, el deseo de correr aventuras, de viajar, de coincidir, de enamorarse de esa manera tan pura como ocurre en la infancia.

-La poesía y la novela son géneros que se complementan en ti. Una requiere de síntesis y otra de digresión. ¿Cómo puedes convivir con ambos conceptos sin que te roben terreno?
           
 -Yo soy amante eterna de las obras de Homero, de la Iliada y la Odisea. En esa épica que nos fundó la literatura universal conviven lo narrativo con la expresión poética, que percibo como sagrada. Un modo de contar los hechos en el que el mismo lenguaje hace que se relacionen con un nivel superior, que eso lo explique. El Logos que se expresa a través de la poesía, es más rico que la lógica, que la simple cadena de causas y efectos. Soy más narradora que poeta, pero naturalmente tiendo a contar las cosas a través de una prosa poética.

-La promoción a los autores es parte fundamental de tu diario hacer. ¿Cuál es tu meta?

-Dijeron los clásicos que la amistad es un alma en dos cuerpos. Los autores que promuevo son esas almas que amo, en el sentido del AGAPE griego. Ha sido una especie de comunión, de convertir mi ser a esos sentidos hermosos que resplandecen en la creación del otro, y de este modo hacerlos míos y poder llevar esa felicidad encontrada, ese amor sentido, a alguien más.

-¿Crees que la red es un camino viable para la difusión de los autores? ¿Cuánto le debes a este andar por el ciberespacio?

-El ciberespacio se me reveló como mi medio natural cuando descubrí las posibilidades de Internet a fines de los noventa. Dialogando en Internet, investigando y reflexionando escribí mi primera novela, gané un premio de literatura y encontré mi camino. Si no existiera Internet yo no hubiera escrito, o no hubiera seguido escribiendo. Necesito como autora la interacción, el diálogo, la palabra que se extiende y abraza. Más que la obra en sí, me atrae la comunicación, el hecho comunicativo, el poder incidir en la realidad, transformar y transformarme.
Y sí, la red es uno de los mejores caminos para difundir la creación de un autor, y hoy por hoy, de un autor para niños.
           
-Tus novelas Mi abuelo Moctezuma y Copo de Algodón describen el difícil encuentro entre dos  culturas,  dos puntos de la geografía que marcan tu pasión. ¿Si tuvieras que trasladarte definitivamente y renunciar a uno de ellos, por cuál te decidirías? 

Yo amo profundamente a mi tierra. México es para mí una mística. Pero desde muy pequeña sentí la atracción, el amor por España. Entonces me “contra-eduqué”. Como nación, México es una fundación del siglo XIX, hecha por criollos que se levantan contra el poder español. Los años que siguieron, el movimiento revolucionario que enfatizó los valores culturales mexicanos a través de la creación artística de esos titanes que fueron los muralistas, y de los escritores como Juan Rulfo y Mariano Azuela y en particular los años setenta del siglo XX, cuando yo era niña, acusaban un nacionalismo entendido en gran parte como un rechazo a España, como un grito de independencia constante, un rompimiento: soy mexicano porque no soy español, no quiero serlo. Pero yo he sentido un supranacionalismo: estamos insertos en una cultura común, es un mismo río. Lo comparo con el siglo de oro de Pericles: fue posible el gran florecimiento ateniense porque hacia Atenas regresaron los más eminentes griegos de las islas y del Asia Menor, como Anaxágoras, por ejemplo. No eran griegos continentales, sino griegos por cultura que sintieron la necesidad de comunicar, converger, ofrendarse en un proyecto común, que nos dio la Acrópolis, la democracia, a Sócrates y a la filosofía de Platón. No veo separación entre México y España sino una continuidad. Esto se vio clara, entrañablemente, en los años de la guerra civil española, cuando los exiliados del franquismo en México encontraron simplemente su casa, no un asilo, ni un favor, sino su casa, a la que llevaron lo mejor de su pensamiento, su poesía. ¿Si tuviera que trasladarme? La tierra en la que he nacido tiene la última palabra. La unión es tan profunda que si tuviera que dejarla diría como en la Canción Mixteca: Oh tierra del sol, suspiro por verte.

Eres una autora que elabora libros en corto tiempo. ¿Cuántos años de investigación necesitas para completar una historia?

Se puede decir que he hecho investigación de estos temas relacionados con las antiguas civilizaciones durante toda mi vida. Son paisajes, personajes, hechos, sentimientos que hice míos por connaturalidad afectiva. Cuando he empezado a escribir una novela, por ejemplo Querida Alejandría, es porque he sentido que ya estoy en esos tiempos, en esos espacios, contemplando esos rostros. Claro que al construir la novela acudo a los referentes bibliográficos y siempre cotejo datos. El procedimiento que he seguido es escribir como si se tratara de mi propia memoria. 



Jorge Luis Peña Reyes es un poeta y escritor cubano nacido en 1977.
Es licenciado en Educación y ha obtenido numerosos premios y menciones de literatura, como la Beca de Creación Poesía del Sur 2000, el Premio Principito en Poesía y Cuento y el Premio Mundo Marino, entre otros.
Ha publicado los libros Avisos de bosque adentro, Donde el Jején puso el huevo y La corona del rey.
lunes, 26 de septiembre de 2011

ευχαριστώ πολύ, Gareth Owens







miércoles, 21 de septiembre de 2011

La destrucción de Creta


Novela de María García Esperón sobre el misterioso disco de Festos. Reconstruye los mitos minoicos -el laberinto, el Minotauro, Minos, Pasífae, Dédalo, Ariadna y Teseo- a propósito de este artefacto arqueológico portador de un extraño mensaje en espiral que no ha sido descifrado. Cada capítulo de la novela está titulado con un signo, con lo que se propone una lectura en espiral para considerar la estructura del tiempo. La destrucción de Creta y del imperio talasocrático de Minos se vincula con la explosión de la isla de Thera -Kalliste, la más hermosa- y la subsecuente inestabilidad marítima que propició hacia el 1400-1600 a.C. (hay mucha polémica en cuanto a la datación de la catástrofe). El Disco del Tiempo transcurre en dos líneas temporales: la contemporánea de los jóvenes que investigan y viajan a Creta y la mítica, ubicada en los últimos días del imperio de Minos.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El Disco del Cielo: un blog, una novela, una aventura



El Disco de Nebra también llamado Disco Celeste de Nebra o Disco del Cielo, fue descubierto en Sajonia Anhalt por buscadores de tesoros en 1999 e insertado en el mercado negro. El arqueólogo Harald Meller rastreó la pieza y pudo recuperarla. El hallazgo no fue dado a conocer al gran público sino hasta principios de 2004 principalmente a través de la revista National Geographic.

Por esas mismas fechas yo terminaba de escribir la novela El Disco del Tiempo (sobre el Disco de Festos) y la enviaba al concurso de literatura infantil y juvenil El Barco de Vapor. Supe del Disco de Nebra y sin saber si ganaría o sería publicada mi primera novela comencé a redactar la secuencia, con el Disco de Nebra como tema principal. El proceso se reveló como una investigación fascinante y como una experiencia en que la literatura se entreveraba con la vida y con el acontecer que rodeaba a este objeto, declarado patrimonio de Sajonia, mientras era sometido a los más minuciosos exámenes científicos para comprobar su autenticidad.

Mi novela, El Disco del Cielo, pudo llegar a ver la luz por primera vez en mi amada isla de Cuba, gracias a los puentes tendidos entre creadores de excepción: el escritor argentino Carlos Marianidis me presentó al escritor cubano Enrique Pérez Díaz, quien preparaba las colecciones de la Editorial Gente Nueva, la decana de las editoriales que se dedican en la isla a la literatura infantil y juvenil. El Disco del Cielo fue publicada a principios de este año 2011 en la colección Ámbar (ciencia ficción y fantasía) y en estos días viaja gracias a Enrique hasta la isla de Creta, donde por continuar la aventura iniciada en El Disco del Tiempo en torno al disco de Festos, irá a las manos de Gareth Owens, investigador británico de las escrituras minoicas.

El blog El Disco del Cielo irá recogiendo la vibración de esta aventura que hace 7 años comenzó con un sueño de palabras. (María García Esperón)

Secretos del Disco del Cielo


En este video de National Geographic, el experto Ernest Pernicka, de la Universidad de Tubingen, demuestra que la procedencia del metal del que está hecho el Disco del Cielo es el corazón de Europa, con lo que se apuntala la teoría de su fabricación europea. No sería un objeto sofisticado importado del supuestamente más avanzado Oriente o Egipto, sino muestra de la cosmovisión del hombre europeo en el remoto 1600 a.C.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Iouktas

Monte Iouktas, en Creta.  (Foto: Gareth Owens, 6 de agosto 2011)
miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿El Comienzo del Fin? ¿El fin del comienzo? "Leer" el Disco de Festos, por Gareth Owens






Con mi agradecimiento al Doctor Gareth Owens por el envío de este material invaluable. (MGE)

¿Leer el Disco de Festos? Por Gareth Owens. En memoria de Michael Ventris. TEI Creta (1)

¿Leer el Disco de Festos? Por Gareth Owens. En memoria de Michael Ventris. TEI CRETA (2)

¿Leer el Disco de Festos? Por Gareth Owens En memoria de Michael Ventris. TEI CRETA (3)

¿Leer el Disco de Festos? Por Gareth Owens En memoria de Michael Ventris. TEI CRETA (4)

¿"Leer" el Disco de Festos? En memoria de Michael Ventris, por Gareth Owens

Michael Ventris, el genial descifrador de la escritura Lineal B, murió el 6 de septiembre de 1956. El presente texto es el homenaje que desde Creta y en plena investigación del lenguaje y las inscripciones minoicas hace el doctor Gareth Owens como parte de un equipo británico-griego decidido a penetrar en los secretos del Disco de Festos. Desde aquí, nos sumamos al homenaje al eminente británico, que devolvió a la Humanidad un lenguaje y con él la clave para comprender una civilización, agradeciendo al doctor Gareth Owens el haber compartido este texto con quienes seguimos su apasionante quehacer desde Latinoamérica. (MGE)


Dedicado a la memoria de Michael Ventris

"Nuestra Madre..." "MATER HMWN"

¿"LEER" el disco de Festos?

¿El Fin del Comienzo? ...o... ¿El Comienzo del Fin?
DECEPCIÓN O DESCIFRAMIENTO - DE LA ESCRITURA LINEAL B AL DISCO DE FESTOS
En honor y memoria de Michael Ventris O.B.E. (12/07/1922-06/09/1956)





El Disco de Festos fue descubierto en el Palacio de Radamanto, Festos, en la Mesara al Sur de Creta, el 3 de julio de 1908, por el arqueólogo italiano Luigi Pernier. Fue subsecuentemente publicado y discutido en 1909 por L. Pernier y A. Della Setta. En 19909 Sir Arthur Evans también perceptivamente se preguntó, en Scripta Minoa I, si se trataba de un canto religioso en honor de la Gran Madre anatolia, porque había una clara evidencia de rima. Esta era la mejor interpretación hipotética todavía en las décadas de 1960 y 1970, después del desciframiento de la escritura Lineal B (1 de junio de 1952) por Michael Ventris, cuando el Profesor Stylianos Alexiou discutió este enigma de la Creta minoica en sus estudios clásicos, Civilización Minoica y Guía al Museo Arqueológico de Heraklion, respectivamente.

Un equipo británico-helénico de investigadores ahora cree que podrían ser capaces de leer aproximadamente el 60% de los signos del Disco de Festos, usando y extendiendo el desciframiento de la escritura Linear B por Michael Ventris (12(07/1922-06/09/1956).
El equipo está formado por el Dr. Gareth Owens, TEI de Creta (Coordinador) y John Coleman, Profesor de Fonética en la Universidad de Oxford, al lado de Christophoros Charalambakis, Profesor de Lingüística en la Universidad de Atenas. Ellos creen que el Disco de Festos puede ser "leído" en aproximadamente el 60% usando valores de sonido de la Micénica Linear B (vía la Minoica Linear A y la Minoica "Jeroglífica Cretense"). El siguiente paso, y el más difícil, es por supuesto "entenderlo".
En 2004, Gareth Owens completó un doctorado en Lenguaje Minoico, en el Departamento de Lingüística de la Universidad de Atenas, con los Profesores Babiniotis, Probonas y Charalambakis. Le fue otorgado un Doctorado (con distinción) por su estudio de la estructura del Lenguaje Minoico, que probó que este era efectivamente una rama de la familia de lenguas indoeuropeas. Su tesis se encuentra actualmente en preparación para ser publicada de manera bilingüe en enero 2012 para celebrar 60 años del desciframiento de la  escritura Micénica Linear B por Michael Ventris. En 2007 publicó subsecuentemente su libro Laberinto, 50 artículos académicos, sobre las escrituras y lenguajes de Creta Minoica y Micénica c. 2000-1200 a.C., y en 2008 comenzó un estudio posdoctoral de Disco de Festos con el apoyo de Christophoros Charalambakis de la Universidad de Atenas y del TEI de Creta.
En 2008 Gareth Owens y John Coleman se encontraron en Londres en el encuentro internacional en torno al Disco de Festos, donde ambos demostraron que era genuino y minoico sin sombra de duda. Comenzó un diálogo fructífero concerniente al Disco de Festos y los relacionados "Jeroglíficos Cretenses" sobre el Disco de Festos y el Hacha de Arkalochori. Ellos se encontraron de nuevo en 2010 para llevar a cabo el diálogo cara a cara en el Museo Ashmoleano.
Hacha de Arkalochori

Las inscripciones "cretenses jeroglíficas" sobre el hacha

Owens había afirmado que el signo en cuestión 02 "Cabeza de Punk" tenía el valor de sonido "A", mientras Coleman había sugerido el valor "I". La postura de Coleman fue subsecuentemente probada  como correcta por la continuidad epigráfica y los textos parciales y paralelos de Arkalochori. A través de su diálogo amistoso y constructivo, los dos especialistas británicos se dieron cuenta que el desciframiento de la Micénica Lineal B por Michael Ventris y las inscripciones minoicas de Arkalochori son las claves del laberinto del Disco de Festos, a falta de una Piedra de Rosetta minoica que ofrezca un texto bilingüe que pueda llevar al desciframiento, y a falta de un genio como Michael Ventris. El secreto del éxito es el trabajo de equipo combinado con el trabajo duro.

En mayo 2011, Owens y Coleman se encontraron de nuevo en Oxford en una reunión sobre Decepción o Desciframiento en el Museo Ashmoleano. Procedieron a aplicar técnicas "Ventrisquianas" incluyendo la rejilla silábica y los valores de sonido de la Micénica Lineal B al minoico Disco de Festos (vía la Minoica Lineal A y la Minoica "Jeroglífica Cretense"), usando continuidad epigráfica y textos parciales paralelos en Creta.
Este trabajo fue revisado por Owens y Coleman y probado durante el actual verano 2011,  a lo largo de fructíferas discusiones con Charalambakis, y el equipo ahora piensa que el Disco de Festos puede ser "leído" con estrictos criterios científicos aproximadamente en el 60% como una hipótesis de trabajo. Podría ser ahora posible probar lo que sospecharon Evans y Alexiou, que el Disco de Festos es un texto religioso.
La Micénica Lineal B, la Minoica Lineal A y la Minoica "Jeroglífica Cretense", incluyendo el Disco de Festos y el Hacha de Arkalochori , todos son inscripciones silábicas de la Creta de la Edad de Bronce del segundo milenio a.C. El Disco de Festos y el Hacha de Arkalochori datan del siglo XVII a.C.
El Disco de Festos tiene 45 diferentes silabogramas, 242 en total, en 61 grupos/palabras, con clara evidencia de rima en 18 versos en los dos lados (A y B). La llave al Disco de Festos son los signos 02-12-, "Cabeza de Punk" y "Círculo con 7 puntos", que ocurre 13 veces en 61 palabras y que tal vez está para ser "leído" aplicando valores silábicos de sonido Lineal B "ventrisquianos" como una hipótesis de trabajo como I-QE-.
Esto puede ser conectado, de acuerdo con Owens, tal y como afirma en el Documental de National Geographic de 2010, "El Código Festos" en la serie "Expedientes Antiguos X", con el indoeuropeo * AKKA, que significa Madre (Akko = Demeter en Esquilo en griego antiguo, Acca Larentia en latín, Madder Akka en alemán antiguo, etc.) La palabra clave en el Disco de Festos es I-QE-KU-26, que ocurre tres veces... ..¿Madre?

La palabra-clave en el Disco de Festos aparece tres veces

Hay también palabras en el Disco de Festos que cuando son "leídas" con valores de sonido de la Micénica Lineal B como una hipótesis de trabajo, revelan una similitud muy cercana con las Inscripciones religiosas Minoicas Lineal A del santuario en cumbre del Iouktas sobre Archanes y Knossos, donde los minoicos ofrecían tamata e inscribían mesas de libación de piedra  a la Diosa madre de la Creta Minoica, lo más probable por asuntos concernientes a la salud. Ha sido también posible identificar posibles fenómenos indoeuropeos en el Disco de Festos y en el Hacha de Arkalochori que pueden ser igualmente comparados con otras inscripciones religiosas minoicas indoeuropeas.
El Disco de Festos y las inscripciones "jeroglíficas cretenses" del Hacha de Arkalochori  son parte de la serie de inscripciones religiosas minoicas indoeuropeas que pueden encontrarse en los sellos de piedra minoicos "jeroglíficos cretenses" de Archanes Fourni (c. 2000 a.C.), en el recientemente descubierto sello de piedra minoico "jeroglífico cretense" en el santuario en cumbre  de Vrysinas sobre Rethymno (c. 1900-1700 a.C.) en Creta occidental, en mesas de libación de piedra minoicas Lineal A del santuario en cumbre del Iouktas sobre Archanes (c. 1600 a.C.), en Minoica Lineal A en un pithos de Zakros (c. 1450 a.C.) en Creta oriental y en Minoica Lineal A en una estatuilla minoica de una tumba en Poros en Heraklion (c. 1390-1335 a.C.)

El Disco de Festos será interpretado quizá como parte de la Fórmula de Libación Minoica encontrada a través de la Creta Minoica, tanto en tiempo como en espacio, tanto diacrónica como geográficamente.
¿Es el Disco de Festos una plegaria minoica, "Nuestra Madre..." c. 1700 a.C?

Gareth Owens
(Traducción: María García Esperón)

¿Leer el Disco de Festos? Por Gareth Owens. En memoria de Michael Ventris. TEI CRETA (2)
lunes, 5 de septiembre de 2011

Tiempos interesantes: Conferencia en Grupo SADASI


Dentro del proyecto de animación a la lectura que Ediciones El Naranjo viene construyendo, el lunes 5 de septiembre fui invitada a dar una conferencia en el Grupo SADASI, donde al lado de Ana Laura Delgado, Angélica Antonio y los directivos y personal de SADASI vivimos una inolvidable tarde llena de emociones literarias y vitales y donde todos los asistentes accedieron a emprender el viaje más emocionante que imaginarse pueda: a través de las páginas de un libro. 






Tiempos interesantes
Por María García Esperón

These are interesting times
Gareth Owens

Buenas tardes, gracias por venir a hablar de dos de las realidades más hermosas que puedan existir: la libertad y los libros. La libertad, como dijo el poeta Horacio en un libro, tiene el nombre dulce. Los libros, tienen forma de libertad, de alas tendidas al vuelo, son sin duda el arquetipo de la trascendencia, del anhelo de inmortalidad, abiertos disponen sus hojas en manos de plegaria porque no mueran ni el amor ni la belleza, ni el conocimiento ni la amistad.
Libros: forma de libertad. Pero ¿cuál es la forma del libro? Ahora que la forma tradicional de publicar y el libro impreso atraviesan por la revolución de los soportes electrónicos vale la pena meditar en su esencia, recordar su camino, cerrar los ojos en esta tarde de septiembre y abrirlos en la noche de los tiempos.
Que sea septiembre también, en una isla muy hermosa, de clima incomparable, de majestuosas montañas, de valles donde se entonan todos los colores del arcoíris. Una isla que llamamos Creta porque así nos la nombró el poeta Homero en la Iliada y la Odisea, una isla gobernada por un poderoso monarca llamado Minos, poseedor de una armada formidable, dueño y señor del Mediterráneo.

Vivimos sin lugar a dudas, tiempos interesantes. Tiempos en los que podemos llevar a la realidad sueños antes impensables. En los que podemos poner a volar la imaginación y la libertad a través de esas aves de memoria e inmortalidad que son los libros.

La luna en Creta es una diosa, se llama Pasifae: la que brilla sobre todo. El toro en Creta es un dios, encarnación plástica y viviente de los poderes de la tierra, del dios Poseidón que agita los huesos del planeta y produce los sismos, sismos terribles que han destruido ciudades enteras y cuya memoria siempre es presente.
El pueblo de Minos practica las artes. También las letras. Tienen dos sistemas de escritura corriente y uno sagrado, jeroglífico, de signos sagrados. Tienen pues libros que en este imperio del mar son tablillas de arcilla. Alguien en algún momento ordena un libro diferente, un libro que tenga la forma de la luna, la forma del sol, que sea un disco y que en él se disponga un poema a la manera de un laberinto, a la manera de una tela de araña.

El Disco de Festos
Y el mensaje se escribe. Se mandan fabricar sellos de oro para imprimir el poema. El disco de arcilla se hornea y su superficie ambarina arde con el misterio de los signos que soporta. Este libro circular, que cabe en la palma de la mano, surcado de dibujos que son palabras, de palabras que son sonidos… se deposita silencioso y consagrado en una fosa de un palacio exquisito.
Y pasa el tiempo, y en el tiempo pasan sucesos. Sucesos naturales e históricos. A pocos kilómetros de Creta explota una isla, la más hermosa, Kaliste, que también se llamaba Thera. Una serie de tsunamis arrasan con las costas, succionan los navíos, inundan las grutas sagradas. Una cadena de sismos conmueven los cimientos de los palacios. La destrucción es casi total, el imperio de Minos se doblega y mustia y sobre él se establecen los duros señores micénicos, los reyes guerreros que canta Homero en su Ilíada, los que se llamaban pastores de hombres y wannax, esa palabra que no es griega.
Y pasa el tiempo. Arenas, polvo, animales, vida, asentamientos de pueblos diversos. Pasan mil años y otros dos mil y quinientos y el libro aquel, circular, laberíntico, eterno, con su poema ardiente y consagrado permanece oculto, bajo la tierra.

Sir Arthur Evans
En otra isla, a principios del siglo XX, un hombre de genio fue capaz de intuir ese pasado, de escuchar la voz de una civilización sepultada por el tiempo y por la tierra, de ir a buscar sus libros. Y los encontró, encontró todo, el laberinto y la “biblioteca”, cientos de tablillas con escrituras, frescos, palacios, historia, color y vida. Se llamaba Arthur Evans. Encabezó y sufragó una de las más impresionantes misiones arqueológicas que hayan existido jamás. De su propio bolsillo, con el apoyo y respeto de su patria, Arthur Evans sacó a la luz la civilización más antigua de Europa, devolvió a los europeos su glorioso pasado, equiparable al del Egipto milenario.
Ya casi al final de su vida, nonagenaria, Arthur Evans impartió una conferencia en Londres a la que asistió un niño de 13 años. El viejo arqueólogo se lamentaba de que los “libros” que había encontrado, esas tablillas de arcilla surcadas de signos, no podían leerse, no existía la clave para que fueran descifradas, se ignoraba su lenguaje. Incluso ese disco de arcilla, que no había encontrado él, sino un arqueólogo italiano, a pesar de tener dibujos que podían comprenderse en su mayoría, permanecía indescrifrado.
Michael Ventris
El niño de 13 años recogió el sueño del arqueólogo, más que arqueólogo, descubridor de Humanidad. Se llamaba Michael Ventris, se hizo arquitecto y a lo largo de 20 años ideó un sistema para intentar traducir las tablillas. Y lo logró, a mediados de la década de 1950, a través de la radio se anunció al mundo que las tablillas estaban escritas en griego. Y que no era un alfabeto, sino un silabario. La emoción que atravesó el planeta fue indescriptible, parecida a lo que sintieron los europeos cuando Champollion en el siglo XVIII logró descifrar la escritura egipcia gracias a su análisis de la piedra de Rosetta.
Pero nuestro libro circular, ese poema resguardado por el tiempo y por la tierra, permanecía indescifrado. Otros investigadores lo intentaron y muchos soñadores han ensayado hacerlo hablar desde entonces.
Todo en vano.
El libro circular, el libro-disco libre permanece en su museo, en Herakleion, capital de Creta, como un reto para ser leído, como una aventura para quien quiera correrla.

En primera persona

Ahora hablo en primera persona. Amando el pasado como lo amo, sintiéndolo como lo siento a taravés y principalmente de esas extensiones de memoria e imaginación que son los libros, a través de un libro muy libre, descubrí en mi adolescencia el disco de Festos. Y como el niño de 13 años que escuchó al arqueólogo, recogí inconscientemente su reto y su pregunta.
Me han presentado aquí como una escritora de literatura infantil y juvenil. Y lo que yo quisiera decir ahora es que empecé a escribir precisamente por ese reto, por ese mensaje guardado en el disco, para saber qué dice, para leer ese “poema”. Entusiasta de internet, se me ocurrió escribir una novela que fuera una investigación y donde los jóvenes fueran los protagonistas, y donde las herramientas de comunicación que brinda la red y los modos de pensar y de analizar que se siguen de los hábitos cibernéticos, los instrumentos para estudiar ese libro, para disfrutar de ese poema.

Philippe Plagnol
Un joven francés, Philippe Plagnol, quien existe verdaderamente e hizo un sitio web a propósito del disco de Festos a fines de la década de los noventa, que fue cuando descubrí Internet, fue convertido en el personaje principal. El otro personaje es Nuria, una chica mexicana, para reivindicar para México, a través de este sueño, una aventura de este tamaño. Esta fue mi primera novela y se llama El Disco del Tiempo, ganó un importante premio de literatura juvenil y significó el haber encontrado mi camino de escritora. La secuencia de esta novela, sobre otro objeto arqueológico igualmente fascinante, el Disco de Nebra, ha sido publicada en Cuba, y se llama El Disco del Cielo.
El año pasado, el gobierno de Costa Rica eligió El Disco del Tiempo como parte de las lecturas obligatorias para secundaria. Esto significó un gran aumento de lectores y una lluvia de visitas en los sitios internet que llevo paralelamente a mis libros. Como por arte de magia, National Geographic emitió en los meses pasados un programa que se ha repetido mucho en torno al Disco de Festos. Esto hizo que los visitantes a mis sitios internet se multiplicaran. 

Gareth Owens. Foto: National Geographic
El programa fue estelarizado por el principal estudioso actual del libro, el Doctor británico-griego Gareth Owens, quien vive en Creta y encabeza el Proyecto Daidalic para investigar las escrituras cretenses y el disco de Festos. Él ha podido descifrar una palabra y mediante la ayuda de un programa de computadora transladar a lenguaje musical el mensaje del disco. Esto revela que tiene estructura de himno o de poema y que la investigación va por buen camino.
Lo que comenzó como un sueño adolescente, un libre sueño de libros, es ahora una aventura cultural en la que quiero involucrar a todos ustedes. Me puse en contacto con Gareth Owens, quien ya estaba enterado de mi libro y me pidió encarecidamente se lo enviara. El Disco del Tiempo ahora está en Creta y a la isla hermosa a propósito de la que iniciamos esta charla ha llegado al suelo de Minos y Ariadna, de Minotauro y Pasifae. y una vez puestos a soñar, a fabricar recuerdos de futuro, es imposible detenerse:   ¿Y si un joven mexicano, costarricense, chileno recoge ese reto, como Michael Ventris recogió el sueño de Arthur Evans? Y si un joven de Guatemala, de Colombia, de El Salvador inventa un método y puede decirle a Europa en el siglo XXI “te devuelvo este lenguaje”, "te devuelvo las voces de estos hombres y estas mujeres, de estos niños"..?

Vivimos sin lugar a dudas, tiempos interesantes. Tiempos en los que podemos llevar a la realidad sueños antes impensables. En los que podemos poner a volar la imaginación y la libertad a través de esas aves de memoria e inmortalidad que son los libros. En los que podemos decir: Yo no soy, sino a través de los otros, quienes me dan plena existencia. En que podemos interesarnos los unos por los otros, leernos, extendernos, recogernos los sueños y a través de estos libros escritos entre todos, ser, como nunca antes en la historia de la humanidad, libres. Libres para soñar, para conocer, para proyectar e interrelacionar, para decir con todas sus letras y llenar todos los sentidos de la hermosa frase de los clásicos: Hombre soy y nada humano me es ajeno.



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